La creación de la rentabilidad en la empresa abarca temas de los resultados de la empresa, pero también del valor que la empresa crea al generar intangibles valiosos como marcas, patentes, propiedad industrial, capital humano capacitado, etc. Sin embargo, en este artículo analizaremos la rentabilidad en la medida tradicional al hablar de cómo generar mejores utilidades en la empresa.
Para abordar este tema debemos primeramente entender las cuatro fuentes principales de rentabilidad de una empresa, estas son:
De las cuatro fuentes de rentabilidad, la de mayor importancia y en donde mayor injerencia y control tienen los directivos es en la de operación, las otras tres fuentes, que también son importantes, se dan por situaciones coyunturales de la empresa y por el entorno económico en que se desenvuelve la misma.
La rentabilidad de operación
La medición de la rentabilidad de operación se da al dividir el resultado de operación entre la Inversión Operativa Neta, es importante señalar que para mejorar la rentabilidad de operación hay tres acciones que pudieran realizarse:
La rentabilidad financiera
Todas las empresas al tener activos involucrados en la operación de la misma, tienen como parte inherente una fuente de financiamiento para estos activos, dicha fuente de financiamiento puede ser para con terceros a la empresa, a lo que generalmente se le llama pasivos, o bien para con los accionistas de la empresa, a lo cual generalmente se denomina capital, ambos tipos de fuentes de financiamiento, tienen un costo, implícito o explicito, por ejemplo, supongamos que la fuente que financia los inventarios es un crédito bancario con un CAT del 13% anual, este será pues el costo inherente a tener inventarios involucrados en la operación, supongamos también por un momento que los créditos otorgados a clientes es decir las cuentas por cobrar están financiadas por los accionistas a través de aportaciones de capital, entonces el capital al estar invertido en esas cuentas por cobrar y no en una inversión bancaria por ejemplo, está dejando de ganar por costo de oportunidad la tasa cetes, pero dado que el riesgo en la empresa es diferente al riesgo que tendría el accionista si tuviera el dinero invertido en el banco, entonces el costo de capital estaría dado por la tasa cetes mas una prima de riesgo, supongamos para el ejemplo que la suma de esto es del 9%.
Es importante señalar que la tasa del 13% que se le paga al banco no es comparable con la tasa del 9% de los accionistas, ya que los intereses bancarios son deducibles de impuestos, con un ahorro del 40% en costo (ISR + PTU), y la de los accionistas a través de dividendos no es deducible de impuestos.
Con las diferentes tasas con las que se financian los activos, se debe obtener una tasa de costo ponderado de capital, y se debe vigilar estrictamente que esta tasa sea inferior en todo momento a la tasa de rentabilidad operativa.
La rentabilidad fiscal
En frecuentes ocasiones se piensa que esta rentabilidad se refiere al hecho de evadir impuestos, lo cual de ninguna manera es la intención de medir y cuidar este factor de rentabilidad.
Cualquier utilidad sujeta al pago de impuesto debería pagar una tasa del 30% más un reparto de utilidades del 10%, sin embargo, haciendo utilización de las Leyes Fiscales, se puede disminuir la base fiscal para mitigar el efecto del impuestos y con ello obtener una menor tasa de costo fiscal, algunas de las situaciones que pudieran utilizarse con este fin son por ejemplo la deducción inmediata de inversiones, o el arrendamiento puro de bienes de capital con opción a compra en el corto plazo.
La rentabilidad de “otros” y extraordinarios
Es importante reconocer que se obtienen utilidades también por el adecuado manejo de los riesgos de la empresa, al utilizar por ejemplo coberturas de precio para materias primas, para tipos de cambio, para tasas de interés, esto si bien corresponde al área de finanzas de la empresa, apuntala la utilidad operativa al tener precios de compra o venta ya asegurados para un periodo de tiempo, para administrar el riesgo es importante utilizar herramientas tales como futuros, forwards, swaps, caps, opciones, etc.
Resulta también de trascendencia analizar el papel de los activos intangibles en la generación de rentabilidad y valor para los accionistas, llegando a casos en donde el valor de una empresa está dado por su marca, por su canal de distribución, por su personal, etc. Esto lo analizaremos en un artículo posterior.
C.P.C. Juan Antonio Guzmán Acosta
Socio de Auren México experto en temas Fiscales y Contables
Auren Bajío