Si hay dos palabras que en los últimos tiempos van ligadas a la palabra “alimentación” estas serían sin duda saludable y sostenible.
En nuestro post anterior ya hablábamos de la alimentación saludable y evidenciábamos que el sector alimentario estaba apostando cada vez más por productos saludables.
Hoy hablaremos del concepto Sostenibilidad en las empresas del sector alimentario:
Cuando hablamos de sostenibilidad, nos referimos a la capacidad de satisfacer las necesidades actuales de la población sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. De aquí nace la idea del desarrollo sostenible, como aquel modo de progreso que mantiene ese delicado equilibrio hoy, sin poner en peligro los recursos del mañana.
El consumidor busca productos naturales, lee con detenimiento el etiquetado y la información nutricional y quiere algo “diferente”. Esto lo saben bien los departamentos de marketing de las empresas: los productos que satisfacen más de una necesidad ofrecen a los consumidores más razones para decidirse a comprarlos. Por eso es importante construir más de una puerta de entrada para los potenciales clientes. Calidad y Precio siempre han constituido los criterios básicos para la decisión de compra, pero en los productos de gran consumo en general y en la industria alimentaria en particular, el criterio de que la empresa sea Sostenible adelanta en algunos casos al tándem clásico de decisión de compra. Estas cuestiones se acrecientan si se pregunta entre la población más joven. Según datos recientes de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), la concienciación sobre la importancia de que los alimentos tengan un origen sostenible no para de crecer entre los españoles, que también se preocupan de que el embalaje sea respetuoso con el medio ambiente o del gran problema del desperdicio alimentario o de la búsqueda de producto local y la entrada en escena de conceptos como la huella de carbono, productos de kilómetro cero, etc. Esto hace que las grandes empresas del sector se cuelen en los principales rankings de sostenibilidad y reputación, ya que han visto el ser «sostenible», como una oportunidad que aporta valor añadido a la empresa de cara al consumidor, algo que están aprovechando ya en sus campañas de publicidad.
Otro indicador que nos habla de la importancia que la sostenibilidad está adquiriendo en el sector alimentario es la apuesta del Gobierno. Efectivamente, desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se tiene el convencimiento de que la sostenibilidad es una oportunidad en la actualidad y una necesidad para el futuro de la industria agroalimentaria, razón por la cual el Departamento ha desarrollado el “Programa para la sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria”, que recoge un conjunto de instrumentos y estrategias para mejorar los tres ámbitos de actuación en sostenibilidad: el ámbito medioambiental, el social y el económico.
Trabajar sobre los tres ámbitos de la sostenibilidad redunda en beneficios para las empresas y estos beneficios van más allá de los nada desdeñables, aunque ciertamente intangibles, que tienen que ver con la diferenciación con respecto a la competencia y la conexión con el consumidor a través de las campañas de marketing y comunicación que realicen para poner en valor su reputación corporativa. Efectivamente, las empresas sostenibles apuestan por un uso más eficiente de los recursos de manera que, por ejemplo, ahorros de energía, agua o materia prima, impactan directamente en su cuenta de resultados.
Si a las tendencias de consumo unimos la visión política tanto estatal como europea (La Estrategia UE 2020, basada en el crecimiento inteligente, integrador y sostenible, considera al sector agroalimentario como uno de los elementos fundamentales para el cumplimiento de sus objetivos), constatamos que la sostenibilidad no es una moda pasajera, sino que ser sostenible, hoy en día puede que sea un factor diferencial, pero pronto será lo que esperen los consumidores. Ser sostenible puede ser el intangible que marque la diferencia. Como siempre, el consumidor tendrá la palabra final.
Desde Auren estamos convencidos de que la sostenibilidad es rentable. Así lo constatamos cuando implementamos en nuestros clientes estrategias de desarrollo sostenible.
Podemos anticipar que la preocupación por la sostenibilidad en las empresas evolucionará de la fase actual en que se encuentra: búsqueda de ahorros y comunicación del valor reputacional, a otra más avanzada que tendrá como objetivos prevenir los riesgos motivados por la escasez de recursos, por el cambio climático y después al cuidado del planeta porque lo exigirán los consumidores.
Arturo Sampedro Moral, Socio Auren Consultores