Prohibir vs regular
Estamos viviendo en los últimos años un cambio de modelo en muchos sectores de la economía. Este cambio ha afectado de lleno al sector turístico con el consiguiente miedo en los distintos operadores del mismo.
Internet ya supuso un cambio de modelo en la parte de las reservas de viajes y plazas hoteleras, y produjo un vuelco en como los clientes iban a funcionar desde entonces. Prácticamente desaparecieron las agencias de viaje y, sin embargo, las reservas online ya suponen un gran porcentaje del total de reservas.
En los últimos años un nuevo “boom” ha irrumpido en las reservas por Internet: alquiler de apartamentos, casas completas, habitaciones o soluciones habitacionales distintas a las plazas hoteleras tradicionales, han hecho que el sector del hospedaje vuelva a poner el grito en el cielo.
Asociaciones hoteleras y Administración pretenden impedir, o por lo menos limitar, la intrusión y el efecto negativo que esto puede tener en las plazas hoteleras, propagando el miedo y a base de regulaciones, prohibitivas, en algunos casos.
Creo que debemos aprender de nuestros errores y analizar lo que ha pasado en anteriores cambios de modelo. Si el cliente lo percibe como bueno o simplemente como mejor, ya pueden las asociaciones propagar que no tienen calidad, ni seguridad, ni no se sabe cuántas cosas más, que el cliente les elegirá.
La Administración debería dedicarse a regular los nuevos establecimientos habitacionales vacacionales para evitar el fraude y la competencia desleal. La regulación de unos y otros debe estar clara y deben competir en igualdad de condiciones. Si además somos capaces de establecer una regulación nacional, esto ayudará a que sean claras y comparables.
Si vemos que estos nuevos modelos turísticos están triunfando en otros países, debemos prever que aquí también lo harán. Por ello, debemos aprender de lo que se ha hecho bien y mal en esos países, para hacerlo mejor aquí.
Si las grandes compañías no tienen la capacidad de innovación de las empresas pequeñas, deben adquirir ese talento y ponerlo a trabajar para adaptar su oferta, en lugar de impedir su desarrollo pretendiendo que las cosas sigan funcionando como lo han hecho hasta ahora. La gente muchas veces no sabe lo que quiere hasta que se lo muestras. A partir de ahí, el público lo tiene muy claro y no aceptará el no poder disfrutarlo por muchos impedimentos que pretendamos aplicar. Por este motivo, las empresas hoteleras deben practicar en muchos casos, si no tienen esa capacidad de innovación ni de compra, la economía colaborativa en donde cada parte realiza la función que mejor sabe hacer. Con esto, se consigue dar al cliente lo que quiere con mejores resultados para él y para las empresas que colaboran.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…
Javier Plana, Socio Corporate