La evolución del mercado español de fusiones y adquisiciones en los últimos años ha seguido, como no podía ser de otra manera, los vaivenes de la economía, tanto nacional como mundial.
Así, en los años de crisis más profunda en España, los operadores tradicionales del mercado nacional (empresas, inversores y fondos de capital riesgo nacionales) no realizaban apenas operaciones ni de inversión ni desinversión, centrando sus esfuerzos en capear el temporal, cuidar sus carteras de participadas y esperar tiempos mejores. Los inversores internacionales miraban preferentemente a otros mercados siendo prácticamente implanteable llegar a un comité de inversiones con operaciones en España.
Mientras tanto, en España, las empresas que aguantaron los envites de la crisis fueron ganando competitividad a base de reajustar sus estructuras, tanto operativas como financieras. Además, tuvieron que aprender a salir al exterior a buscar nuevos horizontes donde hacer negocio ante un mercado doméstico deprimido.
En paralelo, nuestra economía estaba en pleno proceso de ajustes estructurales tan necesarios como urgentes. Las reformas emprendidas tanto legislativas (ie: la reforma laboral) como de reordenación sectorial (ie: el sector financiero) han contribuido a sentar las bases de un sólido crecimiento, más sostenible y estable.
Mientras tanto, el mundo no nos ha estado esperando, los mercados internacionales son cada vez más globalizados, más competitivos, donde el tamaño importa, la diferenciación también, la calidad de productos y servicios es básica para sobrevivir y la innovación cambia las reglas de juego de un día para otro.
Finalmente, apareció la luz al final de un larguísimo túnel de casi ocho años. Nuestras empresas tienen poco que ver con lo que fueron en los anteriores años felices de inicio de siglo, de fuerte crecimiento económico, fácil acceso a la financiación y alegre consumo en el mercado interno. Las empresas de hoy se han fortalecido en su gestión, han diversificado en mercados y cuentan, en general, con estructuras financieras menos apalancadas y más equilibradas.
Además, hemos visto como nuestras empresas de los más diversos tamaños y sectores como ingeniería, alimentación, energía, banca, consultoría, industria, turismo, etc. han sabido triunfar en el mundo y son capaces de competir, sin complejos, con cualquiera en cualquier sitio.
Todo ello ha provocado que en los últimos tres años hayan empezado a asomarse por nuestra geografía de nuevo los inversores nacionales e internacionales.
Primero vinieron fondos de deuda apostando por la recuperación y aprovechando la todavía escasez de crédito aportado por las entidades financieras en España. Este hueco fue bien aprovechado por estos fondos, no solo adquiriendo deuda en el mercado secundario de empresas españolas, sino financiando directamente empresas y operaciones de inversión de fondos de capital riesgo. Auren Corporate asesoró varias operaciones de este tipo como la financiación a el fondo de capital riesgo HIG por parte del fondo de deuda Kartesia en la operación de adquisición de Café y Té y Panaria.
Después, los fondos tradicionales de capital riesgo español empezaron a levantar nuevos fondos en tiempos record. Estos fondos, con los bolsillos llenos, empezaron a buscar activamente oportunidades nuevas de inversión a la vez que reactivaron procesos de desinversión de participadas que, por culpa de la crisis, llevaban más años de lo debido en cartera. Un buen ejemplo de estas operaciones es la adquisición de El Fornet por parte de Corpfin, operación asesorada por Auren Corporate.
Adicionalmente, los fondos internacionales han vuelto a poner el foco en nuestro país buscando activamente oportunidades de inversión. En Auren Corporate, hemos podido ser testigos de primera mano de este interés. Los asesores somos una fuente de negocio para estos fondos, por lo que estamos en permanente contacto con todo tipo de inversores interesados en los más diversos sectores y con los más diferentes esquemas de inversión (deuda, capital, mayoría, minoría, etc.)
Finalmente, las entidades financieras tradicionales se han sumado a la fiesta abriendo el grifo de la financiación. Las empresas se han visto beneficiadas por esta situación permitiendo nuevas inversiones tanto en bienes de equipo como en adquisición de compañías. Esperemos que no volvamos a caer en errores del pasado sobre apalancando operaciones y balances de empresas.
Por todo ello, actualmente el mercado de fusiones y adquisiciones está muy activo y ávido de buenos proyectos de inversión. Las empresas tienen la oportunidad de plantearse ambiciosos proyectos de futuro para los que encontraran una gran receptividad por parte de los inversores y financiadores. Adicionalmente, los empresarios pueden aprovechar el exceso de liquidez en el mercado para reorganizar el accionariado o participar en os procesos de concentración integrándose o directamente comprando otras empresas o vendiendo la suya, etc.
En definitiva, es un buen momento para las empresas, ya que hoy en día pueden elegir entre las diferentes alternativas de financiación, tanto de capital, como de deuda para abordar sus proyectos de futuro.
Manuel Uríbarri Zarranz, Socio de Auren Corporate.