La Unión Europea ha vuelto a tomar conciencia de la importancia que tiene para el consumidor, y la confianza que da en su decisión de compra, la garantía de seguridad en toda la cadena alimentaria. Por ello, la Comisión Europea ha lanzado una consulta pública sobre transparencia e independencia en las evaluaciones de riesgos y los estudios científicos.
A través de esta consulta, la UE pretende examinar y mejorar el sistema actual y, con ello, dar respuesta a las dudas generadas por los ciudadanos sobre la independencia y la transparencia del sistema de evaluación de riesgos en la cadena alimentaria. A través de esta consulta, y con los resultados obtenidos, se documentará una propuesta legislativa de la Comisión Europea a presentar en mayo de 2018.
Desde la entrada en vigor del Reglamento CE 178/2002, de 28 de enero de 2002, que regula los principios y requisitos generales de la legislación en toda la cadena alimentaria, el contexto político, económico y social ha evolucionado considerablemente, afectando a la percepción y a las expectativas de los consumidores en relación a la cadena alimentaria. Como es sabido, el principio de análisis de riesgos, como pilar de la legislación alimentaria, consta de tres componentes distintos, pero interrelacionados: la evaluación del riesgo (asesoramiento científico), la gestión del riesgo (medidas adoptadas sobre la base de dictámenes científicos, otros factores legítimos y, en su caso, el principio de cautela) y la comunicación del riesgo (intercambio interactivo de información sobre los riesgos a lo largo de todo el proceso de análisis del riesgo).
Ante esta situación, la UE tiene mucho interés en conocer la opinión de la sociedad en aspectos como:
Con esta propuesta legislativa, la UE pretende reforzar el papel de la EFSA y, a la vez, impulsar la excelencia de su capacidad científica.
Ante esta iniciativa, por parte de la UE, las empresas del sector tienen un momento excepcional para potenciar todos los aspectos relacionados con la calidad y la seguridad alimentaria, en cualquier ámbito de actuación; seguridad de la información, seguridad industrial, seguridad de procesos, seguridad laboral, seguridad contra ataques deliberados, etc.
La implementación de la seguridad alimentaria consiste en una mezcla compleja de leyes, normas y buenas prácticas aceptadas, con la participación de Gobiernos, organizaciones internacionales (como la OMC), organizaciones de la industria (por ejemplo GFSI, BRC), organismos de investigación y organismos de normalización independientes (BRC, IFS).
El impacto social y medioambiental, a parte del económico, que un incumplimiento de seguridad puede comportar, está provocando que las Organizaciones apuesten, cada vez más, por la implantación de sistemas de gestión de la innocuidad de los alimentos, basados en Normas, o protocolos de referencia, como ISO 22000, BRC, IFS, APPCC, etc.
Es de vital importancia, en el nuevo contexto en que nos encontramos, que las empresas sepan gestionar sus riesgos, en cualquiera de los ámbitos de actuación, mediante planes de seguridad alimentaria transversales e integrados que incluyan medidas preventivas.
Joan Perona, socio de consultoría en Auren