En general, la venta de una empresa puede considerarse como:
Por todos estos motivos, parece razonable decir que la venta de la empresa no debe improvisarse sino que, asesorado por especialistas, el empresario hará bien en prepararla antes de comenzar los contactos con posibles compradores, con objeto de asegurar en la medida de lo posible, el buen fin de la misma y, sobre todo, maximizar el precio y optimizar el resto de condiciones.
En base a la experiencia acumulada, hay determinados elementos que habitualmente son clave para los compradores y otros que quizás las empresas desatienden o no cubren adecuadamente en su práctica habitual, y que, ambos, deben ser preparados, revisados o corregidos antes de poner en marcha el proceso de venta. Algunos de ellos son los siguientes:
De modo complementario, también es importante que, además de la información contable pura, la compañía incorpore de forma sistemática en su reporting interno indicadores de gestión, desgloses, ratios etc. que proporcionarán valiosa información sobre lo que está ocurriendo en el negocio (unidades vendidas, precios medios, márgenes, nuevos clientes captados o contactos comerciales realizados, clientes perdidos, desglose de las ventas por países, desglose de las ventas por productos, etc.)
Estos son solo algunos de los aspectos que deben anticiparse en relación a una operación de venta. Abordarlos adecuadamente con el apoyo de un asesor financiero especializado en Fusiones y Adquisiciones que lidere el proceso de venta desde su preparación más temprana evidentemente tendrá un coste económico, pero el mismo se recuperará con creces al optimizarse las condiciones finales de la operación (p. ej. el precio) e incrementarse significativamente las probabilidades de que la misma llegue a buen fin. Si, además del asesor financiero, se cuenta con el asesoramiento de un equipo multidisciplinar de expertos legales, laborales, fiscales, etc., el resultado será aún mejor.
Sergio Cerdán, Socio Auren Corporate.