Plan PRECO o cómo reactivar el comercio local de proximidad post COVID19

22/05/2020

El sector comercial y de servicios supone el mayor motor económico en las economías urbanas, llegando en algunas ciudades a ser más de 90% de su actividad. La reactivación del sector terciario, durante la crisis sanitaria y en su salida paulatina, es de vital prioridad para la economía de las ciudades, para reducir el impacto que se espera sobre la economía y el empleo.

Ahora más que nunca es cuando el sector requiere de la iniciativa pública y, en especial, del impulso de los gobiernos locales, pues ya no se puede dejar al sector a la inercia del mercado. Hay que iniciar políticas de reactivación comercial, de forma inmediata, pero con un modelo sólido de progresiva mejora, que den respuesta a unos nuevos valores de convivencia y consumo.

La puesta en marcha de planes de reactivación comercial (PRECO, como denominamos en Auren) darían un soporte necesario al sector comercial y de servicios desde los gobiernos locales. Los pequeños negocios por diversidad y distribución espacial no poseen estructura ni capacidad organizativa para actuar de forma conjunta frente a la actual crisis sanitaria y sus consecuencias.

Un PRECO, como sistema integral de fomento del comercio local, requiere del salto definitivo y necesario de transformación digital en la administración local, como plataforma permanente de cooperación con empresarios, además de difusión general para la ciudadanía. En su desarrollo inicial se debe priorizar el reanudar el contacto entre los vecinos y las empresas locales, por proximidad y especialidad comercial, adaptándolos a los nuevos hábitos y comportamientos de compra derivados de la actual crisis. Esto sentará las bases para, posteriormente, convertirse dicho sistema integral en la plataforma de promoción económica y cooperación empresarial más importante de la ciudad, dado el peso que tiene el sector de comercio y servicios en la economía urbana.

Tener conectados permanentemente las áreas de comercio de los ayuntamientos con las empresas y vecinos locales, supone una serie de ventajas de organización, coordinación y promoción del consumo local beneficiosas para todas las partes. Algunas de esas ventajas son:

Ventajas para el Gobierno local: Reducir impacto económico; Transformación digital; Emprendimiento; Empleo; Abastecimiento a colectivos vulnerables; Ayuda social; Cooperación empresarial; colaboración con productores locales; Networking permanente; Optimización de las campañas comerciales; Promoción por barrios; Ocupación de locales vacíos; Asociacionismo empresarial; satisfacción de vecinos; convivencia por cercanía; Smart City; Smart Data; etc.

Mejoras para el comerciante: Incremento de clientes; Venta y ofertas online; Puntos de recogida; Promociones; Campañas comerciales y de fidelización; Notificaciones e información comercial; Bolsas de trabajo; Cooperación empresarial local; oportunidades de negocio; Formación; etc.

Beneficios para los vecinos: Atención cercana, inmediata y profesional; Trato personalizado; Servicios a domicilio y de recogida; Facilidad y comodidad en el pago; Compras de ayuda social; Consumo responsable y sostenido; Flexibilidad en el reparto; Atención especial a grupos vulnerables; Economía colaborativa local; etc.

Todo plan de reactivación comercial requiere de un proceso secuencial que facilite la asimilación de comerciantes y vecinos hasta su uso cotidiano. Para ello es necesario tener muy presente la tecnología y la sostenibilidad, dos ámbitos que deben ir de la mano. Tanto la inmersión en la transformación digital, como la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, apostando así por la unión vecinal, la cohesión social y el arraigo a la cultura y economía local, hacia ciudades más solidarias y sostenibles.

Dicho proceso secuencial en la implantación de un PRECO en un municipio debería pasar por diferentes etapas:

Fase Inicial: poner en contacto a vecinos con el comercio de proximidad y especializado de la ciudad y así desarrollar nuevas formas de venta y facilitar la compra. Una planificación y programación tecnológica para afrontar la actual crisis sanitaria y sus consecuencias de índoles social y económica, como primer paso inmediato.

Fase de Desarrollo: conseguida una cierta base, se debe iniciar una etapa de dinamización comercial colectiva, con acciones comunes de campañas, promociones y fidelización, de alcance general o por barrios. Una vuelta al contacto paulatino con las calles comerciales de la ciudad, una mayor conexión de los vecinos por el comercio local y de cohesión social, hacia una cierta normalidad.

Fase de Consolidación: conseguida la implicación, se procede en esta fase a reforzar el desarrollo empresarial, en un proceso de mejora continua tanto a nivel individual como de cooperación con otros comercios, servicios y productores locales, lo que redundará en un fortalecimiento del tejido empresarial del municipio y su entorno territorial, hacíamos modelos de desarrollo sostenible.

Iniciar una reactivación comercial mediante un sistema integral de fomento no busca sólo reducir el impacto del Covid-19, sino fijar un modelo de gestión inteligente, que de una respuesta más inmediata y consensuada a nuevas crisis o problemáticas menores que pudieran surgir en el futuro.

Juan Antonio López, socio Auren Consultores.

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