El consumidor de la era post covid-19 será distinto. Ha vuelto el sentimiento de cercanía, “mi país”, “mi pueblo”, unido a la necesidad de seguridad tanto alimentaria, como sanitaria. La globalización en el sector agroalimentario va a perder peso frente a los productos locales, además de que se van a eliminar eslabones en las cadenas de suministro. Vamos a modelos mucho más dirigidos al Direct to Consumer (directo al consumidor).
Todo esto pone de relieve una clara oportunidad. Y, de paso, damos vida a la España “vaciada”.
Esta oportunidad debe venir apoyada por la tecnología. El e-commerce puede ser una de las grandes revoluciones en miles pueblos y aldeas dedicados, mayoritariamente, a la agricultura y a la ganadería. Una de las quejas más reiteradas por parte de los pequeños productores españoles son los precios de venta debido a la larga cadena de intermediarios entre el productor y el consumidor final. Así pues, lo que hace pocos años era algo anecdótico y propio de productos ‘gourmet’, se está extendiendo cada vez más: son muchos los productores que, en solitario o agrupados en cooperativas, deciden invertir para envasar o transformar ellos mismos sus productos para eliminar alguno de los intermediarios de la cadena. Dar el salto al e-commerce es un paso natural en ese proceso, especialmente cuando la dimensión del mercado accesible a través del canal online no para de crecer y ya puede sostener económicamente un negocio 100% online.
Abrir un e-commerce es cada vez más sencillo. Puede ser más o menos bonito, más o menos trabajado, pero cualquiera sin conocimientos avanzados de programación puede hacerlo y tener su tienda operativa en cuestión de días. A esto, podemos sumarle algunos factores que ayudan al desarrollo del e-commerce en esta nueva era:
Ya hay ejemplos de éxito de e-commerce rural. Hará falta que los productores adquieran conocimientos de marketing online o se manejen bien en el entorno de las redes sociales.
Es de esperar que las administraciones públicas se pongan las pilas para que estas iniciativas tengan la posibilidad de prosperar, ayudando a fijar población en el medio rural y apoyando de forma clara y sin fisuras estas iniciativas.
Guillermo Giménez Gualde, socio de Consultoría en Auren